Como ya se mencionó, la disposición de las cartas quedaría de la siguiente manera una vez terminados los preparativos:
Empezamos sacando una carta de Mercenario del montón enemigo y posteriormente jugamos una de nuestras diez cartas en mano repitiendo la acción hasta completar las lineas de batalla con 5 cartas por bando.
En este ejemplo la victoria sería para el ejercito enemigo al tener una fuerza de 22 y nuestro ejército una de 18.
El resultado anterior se puede modificar utilizando una de nuestras cartas especiales recordando que al hacer esto también hay que jugar una carta especial del montón para el ejercito enemigo.
Tras utilizar las cartas especiales resultamos victoriosos ya que el tambor dobla el valor de nuestro ataque (18x2= 36) y en cambio la carta verano enemiga solo suma 3 a la carta de más valor en juego (10+3 = 13) quedando el ataque enemigo en 25.
Ahora un ejemplo con Espantapájaros:
En este ejemplo sale un espantapájaros como segunda carta jugada por el enemigo lo que obliga a la utilización inmediata de una de nuestras cartas especiales y por ende, el jugar una carta especial para el enemigo.
Nosotros hemos jugado una carta especial de Heroina que suma 10 a nuestro ataque y no obstante perdemos esta batalla ya que al ejército enemigo le ha salido la carta de Rendición lo que le otorga automáticamente la victoria.
En el siguiente ejemplo también perdemos la batalla ya que siempre que haya empate en las fuerzas de ataque la victoria será para el ejército rival.
Por último recordar que el juego en Solitario termina cuando hemos agotado todas las cartas de mercenario de nuestro montón resultando vencedor el ejército que tenga más victorias acumuladas. También acaba el juego automáticamente cuando un ejército enemigo tenga 3 victorias consecutivas o cuando un ejército ya sea el propio o uno enemigo alcanze las 5 victorias.
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